
La mayoría de nuestros clientes tiene en cuenta como factor referencial a la experiencia vivida en nuestra tienda, ya que al visitar o adquirir algún producto de nuestra tienda, se siente totalmente satisfecho con el servicio brindado o producto adquirido por parte de la misma. A su vez esta satisfacción del cliente, es el resultado que retroalimenta al proceso de búsqueda como un componente para evaluaciones futuras. Aunque este modelo no nos permite comprender cabalmente cada compra en particular, nos sirve como marco para explicar los tipos de información requeridos para entender distintos procesos de decisiones del consumidor y proporciona percepciones esenciales para nuestros futuros clientes (nuevos clientes por recomendación) y también para nuestras estrategias empresariales.
En general, nuestros consumidores toman en consideración sus experiencias antes que otros factores. Si el producto no les gusta, ninguna publicidad tendrá éxito. Por supuesto, la experiencia cambia con los años; los consumidores aprenden de sus decisiones de consumo y ajustan sus expectativas y comportamientos. Como resultado, el enfoque que alguna vez funcionó, no necesariamente lo seguirá haciendo.
Aparte de la experiencia física del producto, el posible comprador también exigirá que se adecue con sus valores y actitudes.
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